...aunque nunca recuerdo las fechas, las horas, los años, esos números necesarios e inútiles...
todavía puedo recordar olores o sonidos y en algunos casos, unas imágenes que lucen tal y como cuando veo sin lentes.
En mi camino, unos cuatro kilómetros atrás, recuerdo con precisión un olor a nueva saliva, a nuevo sudor, también recuerdo que mas adelante le comenté a un amigo de esos que uno se imagina que existen, que tenía le presentimiento de que tenía una preocupación menos para el recorrido: tener a quien amar.
...y a riesgos de que el blog se torne cursi-tornasol, agradezco profundamente compañera de viajes, que estés pendiente de lo que se me atraviesa en el andar, de los andenes agujereados, de los tropiezos y piedras que pateo y en especial, de la mierda que gracias a ti no he pisado.
1 comentario:
sigamos caminando, hay otras tierras que esperan por nosotros...
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